A—Bueno, es cierto que ya llevo mucho tiempo fuera de España y echo de menos a mi familia, mis amigos, mi tierra... Pero lo principal es que el ballet de Madrid se encuentra ahora en un momento muy bueno, está haciendo cosas interesantes y quiero formar parte de ello.
B—Quiero que a la gente le apetezca verme, y que sepa que si estoy en un proyecto es porque merece la pena. Por lo menos, elijo los trabajos así: hago una película o una función porque son las que me gustaría ver como espectadora.
C—Yo llegué en el momento oportuno, pero lo cierto es que había trabajado muy duro para ello. Hice una prueba y gusté al coreógrafo. Me adapté rápidamente porque el estilo de bailar me gustó enseguida, y aquí estoy desde entonces.
D—Comenzamos a las diez de la mañana y terminamos sobre las cinco de la tarde. Todo depende de si ese día tenemos actuación o si, por ejemplo, el coreógrafo está creando un nuevo estilo. Entonces necesitamos ensayar durante más tiempo.
E—Lo que hace William Forsythe es muy interesante. Se trata de un nuevo estilo creado por él. Todos los bailarines tenemos un papel de solista, no es el clásico grupo de danza con un único solista. Me agrada mucho la forma de bailar de Forsythe.
F—Pues ahora mismo mi vida personal está por encima de todo lo demás. La verdad es que desde hace muchos años es así, después de mucho tiempo en el que el trabajo fue lo primero para mí. Ahora, no. Ahora lo importante para mí es estar a gusto conmigo.
G—No llevo a cabo ningún régimen concreto. Por supuesto que tengo que cuidar mi cuerpo, pero de una forma natural. La idea que todavía se tiene de que los bailarines comen muy poco y de que muchos son anoréxicos es algo del pasado. Yo, por ejemplo, suelo comer de todo.
H—Ha sido una buena experiencia bailar bajo la dirección de William Forsythe, pero ya lo he hecho durante tres años y ahora me apetece cambiar. Cuando termine la temporada en Alemania, volveré a España para trabajar en el Ballet Nacional.