Huertos urbanos, agricultura entre rascacielos
Espacios verdes plantados entre rascacielos y polígonos industriales, los huertos urbanos representan una vía de contacto con la naturaleza, al mismo tiempo que aportan beneficios educacionales, sociales, terapéuticos y, en algunos casos, económicos. No es necesario para su creación disponer de grandes extensiones de terreno; se puede utilizar un solar que está en desuso, las azoteas de los edificios o los balcones de la propia vivienda.
El ayuntamiento de Tokio aprobó una norma que exigía que los nuevos edificios privados cubrieran, al menos, el 20 % de su superficie con huertos. Otros países donde se promueve este tipo de huertos son Alemania, Holanda y Suecia.
En España la pionera fue Barcelona, que en 1996 puso en marcha la primera red de huertos urbanos, que establece como única condición para convertirse en uno de sus usuarios ser mayor de 65 años y vivir en el distrito donde se halla el huerto. Desde entonces otras ciudades españolas han desarrollado proyectos similares. Pero esta iniciativa no se destina en exclusiva a los jubilados; muchas escuelas han comenzado a implantar estos huertos que se han convertido en una forma de educación ambiental.
El acceso a los huertos urbanos se realiza por sorteo, previa inscripción de los interesados en una lista de espera. El afortunado tiene derecho a cultivar en la parcela que se le ha asignado durante un período determinado de años siempre que se comprometa a cumplir una serie de normas. Por ejemplo, él debe cubrir gastos para la compra de semillas y pagar una parte del agua de riego; se compromete a destinar su cosecha al consumo personal, a no instalar jaulas para animales en el huerto y a respetar las parcelas vecinas. Se recomienda que el lugar elegido para sembrar las plantas cuente al menos con cinco horas de sol diarias, que esté protegido del viento y que se vigile a menudo la humedad de las plantas, ya que en un recipiente pequeño es más fácil que la tierra se seque.
Muchos expertos subrayan los beneficios terapéuticos y sociales de la horticultura. Por esta razón, en numerosos huertos se dispone de parcelas reservadas para pacientes neurológicos o con algún tipo de discapacidad. Además, en el caso de los jubilados, los cuidados en el huerto les ayudan a evitar depresiones. También los huertos urbanos ayudan a recuperar zonas verdes y a mitigar la acumulación del calor en las ciudades.
Los usuarios de un huerto urbano
Atienen derecho a criar animales.
Btienen que pagar los derechos de inscripción.
Cpueden vender una parte de su cosecha.
Dcompran las semillas por su propia cuenta.