A- El siglo XX nos trajo una cantidad enorme de personas a las ciudades, que crecieron de decenas de habitantes a ciudades millonarias. Ese ritmo ahora se calmará. El siglo XXI será un tiempo en el que, a fuerza de mejorar la infraestructura, las ciudades volverán a renacer como sitios en los que será agradable vivir.
B- España es un país con una gran tradición y un gran patrimonio arquitectónico. En este sentido, siempre he sido consciente de que en cualquier tipo de intervención pequeña o grande, estaba trabajando dentro de un contexto arquitectónico global de altísima calidad.
C- No, pero me resulta un lugar tan familiar que me encantaria que eso pasara. Tendría que dedicarle un poquito más de tiempo, eso sí. Pero yo estaría encantando de volver a trabajar allí.
D- Tengo muchos gratos recuerdos de mis estudios de Arquitectura. La relación con los profesores era directa y personal. Además, el tipo de enseñanza me permitió hacer estudios por mi cuenta y viajar por toda Europa. También me permitió tener una relación muy estrecha con mis compañeros, un grupo pequeño de unos 15 colegas.
E- Yo he recibido encargos profesionales de gobiernos de diferentes colores políticos, para desarrollar proyectos tanto en España como fuera. He tratado de responder a las necesidades planteadas. No he pretendido otra cosa que ofrecer lo mejor de mí en cada uno de ellos.
F- No hay duda de que la Europa de los puentes es la mía… Pienso que la historia europea está toda hecha de vínculos, de viajes, de encuentros, de intercambios. Para mí, uno de los vínculos y de las instituciones más antiguas y más eficaces es la universidad.
G- Cualquier época es interesante e importante, con todas las contradicciones que pueda presentar. Normalmente, los proyectos que hemos desarrollado han durado décadas. Construir estaciones, por ejemplo la de Lieja, nos ha llevado 13 años; la Ciudad de las Artes y las Ciencias en Valencia ha llevado más de 20 años.
H- Pienso que siempre ha sido así. Un arquitecto ha de hacer muchas cosas para poder realizar correctamente su labor, pero por encima de todos sus atributos, para mí, lo más importante es que la arquitectura continúe siendo un arte y no se limite a ser una profesión exclusivamente utilitaria.